Aitana.

 

Hace muchos años escuché por primera vez el nombre Aitana, en ese entonces el nombre no era tan popular como ahora, supe en ese instante que asi se llamaría mi primera hija.

Aitana me acompaña siempre, estamos conectados por el amor infinito del universo y su creador, el amor es la fuerza o energía más poderosa que existe, trasciende al contacto físico y material; ella tiene la edad de una tarde de lluvia, de un ciclo lunar, los muchos o pocos años de un alma que conserva su inocencia.

Me gustó ese nombre porque  transmite carácter, fuerza y criterio; en esencia lo que es ella, un alma libre llena de bondad y sabiduría. Solemos salir a dar largos paseos, sentarnos a mirar por horas las personas pasar y comer cosas que nos gustan, como los conos de helado de vainilla de cierta marca.

Soy padre soltero, no tiene aún mamá, digo aun porque Aitana está flotando en el universo, patina en los anillos de Saturno, y le encanta el azul de Neptuno, no ha decidido materializase y respeto su decisión, nacerá cuando ella considere hemos encontrado una mamá ideal, entonces se dará la gestación y el milagro de la vida brillará. Cuando la tenga en mis brazos le recitaré el poema de Cortázar que tanto le gusta.

Yo era asi antes de que tú llegaras,

caminaba por las mismas calles y comía 

las mismas cosas. Incluso antes de que 

llegaras vivía enamorado de ti,

Y a veces, no pocas te extrañaba 

como si supiera que me hacías falta.