7 oct 2006

No es el hijo de la Ballena

Escuchar vallenato 72 horas continuas e ingerir aproximadamente 3 litros de licor, puede ser la idea que tienen muchas de las personas que no han asistido a una verdadera parranda vallenata. La parranda no es un simple acto de celebración va mucho más allá de la juerga, se trata de compartir con un grupo selecto de amigos el gusto y la pasión por la música vallenata, constituye una exaltación de la amistad, lo que se busca es interactuar con los amigos, compartir con ellos las buenas y malas noticias, una pena de amor o el nacimiento de una nueva canción.

Entre vallenato y licor hay espacio para las cuentos, los chistes, aquí no importa si faltan las mujeres o incluso la comida, lo que sagradamente no puede faltar es buen trago de licor y por supuesto las lindas notas de un acordeón irrumpiendo en el silencio de la madrugada.

Pero no todos los que beben en grupo y con vallenato están parrandeando, se necesita que haya un sentido del gozo, el parrandero es sentimental cada canción lo remonta a una época de su pasado que lo marcó y la cual recuerda con mucha nostalgia así hayan sido momentos de alegría o profunda tristeza. Es un enamorado de la vida, sabe y entiende que esta es muy corta, por eso la vive como si se fuera a acabar la próxima semana.

Esa es la magia del vallenato, esa es su esencia, un vallenato no es más que una historia narrada con caja guacharaca y acordeón. Son bonitas melodías que se componen con el alma, se la canta al amor, desamor, la familia o incluso a la muerte de un gran amigo, como quien dice se le canta a la vida. La parranda vallenata sigue sus propias reglas, los puristas del folclor consideramos de mal gusto que los parranderos bailen, es una ofensa y un irrespeto con el conjunto que anima la velada, lo justo es prestarle atención a la letra de las canciones., este mandamiento sin embargo se ha ido profanando más en los últimos años.

Tradicionalmente la parranda ha sido machista, a la mujer se le canta pero se le mantiene alejada de estos círculos, no obstante las mujeres han ido colándose y hoy en día es muy raro ver una parranda donde ellas no estén presentes. La gastronomía típica de una parranda es el sancocho y por lo general se sirve en horas de la madrugada, está prohibido dormirse de ahí la canción que dice: la parranda es pa amanecer y al que se duerma lo motilamos. Y por ultimo si quiere permanecer vivo en la parranda, por ningún motivo se le vaya a ocurrir pedir un reggaetón.

El vallenato difundió su cultura incluso más allá de las fronteras colombianas, en principio fue un asunto de peones descalzos que no necesitaban de un papel para proteger su palabra del olvido., durante mucho tiempo y aun en la actualidad sus cultores fueron discriminados por personas antipatriotas que de manera bufonica y ramplona adoptan culturas extranjeras.

La cultura vallenata está llena de muchas historias mitos y leyendas las cuales quedan plasmadas en cada una de sus canciones. Sería bueno informarse más acerca de este tema tan fascinante que es el folclor de nuestro país, nuestras raíces e identidad cultural. 

Para cuando les hablen de vallenato, no se confundan con el hijo de la ballena. 


3 comentarios:

  1. Un saludo.
    Su entrada
    Llegó navidad

    Ha sido seleccionada para hacer parte del número de diciembre de la revista BLOGJUAN (www.revistablogjuan.com).
    Si por alguna razón no desea que esta entrada aparezca en la revista, escriba un correo a vargasvargas2@gamil.com o deje un mensaje en la cajita manifestando su opinión.

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  2. Anónimo9:56 a.m.

    Felicitaciones por esas clausuras que se encuentran plasmadas atraves de este blog.

    con la Sabiduria de Dios tendras para escribir y mientras lo hagas construiras muchas vidas.


    tremendisimo felicitaciones por nostalgia

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  3. Anónimo1:42 a.m.

    Felicidades por el blog. Me encantó “no es el hijo de la ballena”. Qué bueno encontrar gente que entiende el verdadero significado de una parranda y que va mas allá de canciones y melodías.
    Y como dijo alguna vez Fernando Dangond en una de sus canciones: “…Te invito al festival de mi tierra y sientas las notas de un acordeón… y entiendas, que inmensa es el alma del que canta…de aquél trovador que en serenata revela su amor…”
    “Los niños del pueblo no esperan brisas…Que eleven su frágil cometa al viento…tan solo esperan el feliz momento…que parrandear sus padres le permitan…”

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