Regale amor, ¡no lo compre!

Aquí está la entrega anual sobre la farsa de amor y amistad que se celebra este mes, en esta ocasión escrito por mi amiga Katherine Pombo, la flaka. 

El ambiente huele a rosas mezcladas con chocolates, hace algún tiempo ese olor hubiese sido el más agradable a mi olfato, pero hoy, de sólo pensar en él, mi estomago se revuelve y empiezo a sentir nauseas; quizás porque he comprendido el verdadero valor que tiene una rosa y lo exquisito que sabe un chocolate, cuando no se reciben por estas fechas. 

Mis pensamientos se vuelven cada vez más egoístas, y quieren mandar al carajo cada anuncio publicitario que me recuerda que ya pronto llegarás, ¿serás real o sólo una miserable hipócrita cómplice de aquellos que dicen amarse?, por ti son muchas las filas que debo aguardar en cualquier tienda donde desee comprar algo, y ni que hablar si se me antoja salir a comer justo en tú día; vuelves la vida un caos con tanta facilidad y aun así todos corren a celebrarte y algunos como yo, se esconden en lo más profundo de su caja de cristal para huir de ti, para no caer más en tu enmarañada red y convertirse en una más de tus victimas, porque pobres son aquellos que te creen y celebran haciéndote sentir especial, sin saber que quizás la dosis de alegría que les proporcionas no sea la suficiente para mantener viva al salir el sol, aquella sonrisa que tú te encargaste de poner al caer la noche.

 

Corran amantes presurosos y hagan sus compras para alegrar el rostro de su amada, llenen restaurantes, cines, discotecas, bares y moteles, corran, corran fuerte; mientras ella se sienta en un rincón a burlarse de ustedes, de ver como tontos la siguen a ciegas, convirtiéndola, una vez más, en una fecha especial en donde sólo gana el comercio, cuando realmente no es más que un fin de semana en el calendario. ¡Feliz día para aquellos que aún creen en eso del día del amor y la amistad!