11 oct 2011

Así


Por Stephanía Vásquez.

Lamento mucho por quienes no han amado. Porque no han sufrido. Porque no han llorado, y así tampoco han vivido. La vida es de estrellas y de estrellarse, para destrozarse el corazón de tanto amor y después volver a empezar, poder olvidar.


Duele, duele amar. Duele olvidar, duele perdonar, siempre dolerá vivir, vivir así. Reírse tanto también duele. Duele no poder reír, duele no poder vivir riendo, da miedo reír tanto, porque siempre llega el llanto…


¿Qué hacen dos seres separados si alguna vez se han amado? Amamos y amamos y si no es así odiamos y odiamos; pero en el fondo siempre amamos. ¿Amamos? Amamos a quien no debemos, estamos con quien podemos, olvidamos a quien nos amó y finalmente es una mierda el círculo que nos encerró.


El mundo gira en torno al amor, o al contrario. Una persona se vuelve nuestro mundo, o tal vez dos o para otros, tres y nunca será al revés. El mundo no será nuestro, porque siempre y nunca está solo. Y su amor, la luna, está distante. Y, su amante el sol, lo alumbra y lo hace distante.


Mirar aquel amante te da un día de alegrías, pero hacerlo muy de cerca, entonces algún día termina por dañarte, por destrozarte la carne, por achicharrarte, porque es un cobarde que siempre está distante; porque tiene todo para darte, pero no para amarte.


Ese es nuestro error, nos acercamos mucho, nos enredamos mucho como una planta envenenada que aunque muchas veces es hermosa, otras veces te destroza. En cambio la luna es suave, te enamora con detalles, se pinta de colores y hasta cambia para modificarte el pensamiento y hacerte poetizar.


Ella ataca por las noches, engalana tus noches, noches que ella a hecho enigmáticas, a veces gélidas, a veces diabólicas y a veces románticas.

La luna ama a la tierra y siempre así será, permanecerá distante, no vaya a ser que un día sus cuerpos decidan juntar y se hagan explotar y todo acabará.


Acabará como el amor que acaba a diario un corazón extasiado, que se llena y se llena de palabras, de caricias, de sexo, de miradas, de todas las pendejadas que te atan a él, acabará como acaba la arena de un reloj, como termina un baile en un salón, como culmina la lluvia por la tarde después de un torrencial. 


Horas o tiempo más tarde brillará un nuevo amanecer, se verá un arco iris florecer y así y así como he pronunciado, otro sueño llegará, otros labios besarás y otros sexos amarás...


Así de básicos, comunes, silvestres y aparentadores somos, así, un circo de actores, una pésima copia de un pasado impensable, una vaga creación de una sociedad insaciable, insensible, insensata, inmamable, "invencible" in y out, in... Indecible... Así...

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